Interrupción del suministro eléctrico: pausa para el almuerzo
No importa si es viejo o joven, hombre o mujer -desde el trabajador más duro hasta el oficinista-, muchas personas experimentan fatiga después de la comida a más tardar, lo que reduce su rendimiento y concentración. Toda la energía, como decimos, se hunde en el tracto digestivo. Cuanto más opulenta es la comida, mayor es la necesidad de dormir.
Pero incluso los que siguen el consejo de comer sólo una "comida ligera" no suelen resistir la tentación de estirar los cuatro durante al menos cinco minutos y echarse una siesta.
Dejar de estar "quemado"
No (sólo) el estómago lleno, sino que el cerebro pide una pausa para comer, como demostraron los experimentos de la Universidad de Harvard (EE.UU.). En las tareas que requieren una gran concentración y durante las fases de aprendizaje, el cerebro puede rendir mejor si se toma descansos regulares para dormir. Dormir refuerza lo aprendido y te prepara para aprender cosas nuevas. Evita que uno se sienta "quemado", porque "el sueño es para toda la persona lo que dar cuerda al reloj" (Schopenhauer).
No se aplica no se aplica
Y aquellos que no encuentran ni descanso para comer ni tiempo para dormir a mediodía por el ritmo frenético y el estrés de la vida cotidiana deberían tomarse un descanso porque la alimentación nutritiva y el sueño saludable aumentan tanto la alegría de vivir como el rendimiento.
Para mentes despiertas
Comer, beber y dormir son las necesidades básicas más elementales de la vida humana, que no pueden sustituirse entre sí.
Algunas "orgías de medianoche" en la nevera también pueden sustituir a la falta de sueño.
Si duermes (ni mucho ni poco), no tienes que combatir la fatiga con chocolate, café, té o refrescos de cola.
Autor: Brigitte Neumann
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